| Publicación: | Nº3, Volumen 2, III Trimestre 1999 |
| Autor: | P. Vilagrasa |
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EDITORIAL
Cuidar a personas con trastornos renales
Cuidar es un proceso continuo que requiere una valoración global de la persona necesitada de cuidados. Cuidar es el núcleo de la disciplina enfermera. Si estas dos premisas son ciertas, y así es según los expertos, hace falta que las enfermeras especialistas en cuidar a personas con enfermedades crónicas enfoquen los cuidados de enfermería desde una perspectiva integral.
Este primer punto de reflexión me lleva a recordar la primera vez que vi realizar una sesión de hemodiálisis hace, aproximadamente, unos treinta años. En aquel entonces, lo primero que llamó mi atención no fue el enfermo, había visto muchos, sino la máquina. Su manejo era complejo, especialmente su limpieza, que requería la dedicación de dos personas. Durante aquellos años las enfermeras de estos servicios estaban por lo general más pendientes de las máquinas que de los enfermos. El Sistema Sanitario, el enfoque biomédico de la asistencia y la formación de Ayudantes Técnicos Sanitarios no posibilitaban dar cuidados de enfermería. Actualmente muchas de las enfermeras que trabajan con enfermos renales sólo conocen estas máquinas como artilugios históricos, y consideran la asistencia de aquella época como referencia de tiempos pasados.
Los avances técnicos y científicos, los logros sociales y los nuevos enfoques relacionados con la salud han permitido mejorar la calidad de vida de las personas con trastornos renales crónicos. Enfermería como profesión no ha sido ajena a estos cambios. Su contribución no siempre se reconoce, pero sin lugar a dudas ese reconocimiento se hubiese podido constatar preguntando a las personas con enfermedades renales acerca de cómo y en qué les habían ayudado o sustituido las enfermeras, qué información les habían proporcionado sobre su enfermedad, la educación sobre la alimentación (la dieta, la cantidad y tipos de alimentos prohibidos y permitidos), los consejos sobre cómo mejorar su higiene o la información acerca de las actividades físicas que podían hacer o no con el fin de lograr una mayor autonomía. Estos y otros muchos aspectos son los que las enfermeras que trabajan con personas con enfermedades crónicas proporcionan a los enfermos durante los períodos de su enfermedad en los que por falta de fuerza, conocimientos o voluntad deben ayudarles o sustituirles en las actividades de la vida diaria que no pueden realizar por sí solos. La constatación de estas respuestas hubiese permitido establecer en los cuidados específicos que estos enfermos requieren y profundizar en ellos.
Sin embargo, durante los últimos años, las enfermeras que trabajan con enfermos renales no han permanecido ajenas a los avances teóricos y científicos de la profesión sustentados en la teoría y en la práctica. El resultado de estudios de investigación surgidos de la necesidad de dar respuesta a estas y otras muchas preguntas son el fruto de unas enfermeras, la mayoría de ellas forman parte de la Sociedad de Enfermería Nefrológica, inquietas y preocupadas por cuidar a la persona con trastornos renales, trabajar con una metodología, utilizar planes de cuidados, evaluar el resultado de sus actividades, pero, sobre todo, recoger información acerca de las perspectivas y vivencias de las personas que cuidan de una forma neutral y rigurosa a su vez.
En este nuevo enfoque de los cuidados no podemos obviar la dimensión ética. Ésta exige de las enfermeras una atención global, que sólo se puede dar con la aplicación del método científico y un enfoque de salud positivo y completo, especialmente cuando la enfermedad es crónica. De lo contrario, el enfermo difícilmente puede vivir con su enfermedad de manera saludable.
Durante estos años la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica ha desempeñado una labor importante en el desarrollo de la profesión enfermera, especialmente en el ámbito de las personas con trastornos renales. Como órgano de comunicación y difusión de las enfermeras que trabajan con enfermos renales ha ayudado a intercambiar opiniones, experiencias e información acerca de cómo cuidar mejor de estas personas. Creo que este es el camino. Mi más cordial felicitación por esta tarea.
Pilar Vilagrasa orti
Directora de la revista "enfermería clínica"
Nota editorial
Al aproximarse la celebración de nuestra reunión anual cabe dedicar unas palabras de reflexión sobre nuestra historia y nuestra andadura profesional. Durante este año prestigiadas enfermeras desde la editorial de esta revista nos han dado su valiosa opinión acerca de la evolución de la enfermería nefrológica, y ésta no ha podido ser más positiva.
Quisiera añadir que estamos a punto de cerrar un ciclo que se inició hace ya 23 años en Valencia, allí se celebró nuestro primer congreso y vemos con alegría que después de toda una generación Valencia va a volver a recibirnos, muchas cosas han cambiado, la mayor parte para mejorar, pero el ímpetu con que de una forma decidida nos lanzamos a reunirnos, a compartir experiencias, a expresar nuestras opiniones, ese no ha disminuido en absoluto.
El prestigio internacional y el cariño del que se ha hecho merecedora la presidenta del Comité Organizador Anna Marti, la dedicación y atenciones que siempre hemos recibido de los otros miembros del comité van a hacer de este evento uno de los más recordados de nuestra Sociedad.
Uno de los objetivos de nuestra Revista es el de editar periódicamente números monográficos sobre temas de interés, como homenaje a este comité que con tanto esmero ha estado trabajando para todos nosotros hemos decidido que este número, el del congreso, esté dedicado a la investigación en enfermería, ya que en nuestra reunión se va a exponer la mayor parte del trabajo investigador de este año, esperemos que su lectura nos ayude a disfrutar un poco más de este trabajo de búsqueda de la calidad en el cuidado de los pacientes que en último término es lo que persigue la Investigación en Enfermería.
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