gan de personal de enfermería especializado
que gestione la atención de estos pacientes,
proporcionándole educación sanitaria, reali-
zando el seguimiento del régimen terapéutico,
seguimientos de control de la enfermedad, así
como proporcionando información sobre la
elección de distintas alternativas terapéuticas
de manera progresiva en función de la evolu-
ción de la enfermedad. Todo ello de una ma-
nera próxima y asertiva generando un trato de
confianza con el paciente, y siempre en cola-
boración con el resto del equipo multidiscipli-
nar, disminuyendo el número de barreras insti-
tucionales , profesionales y geográficas para
que puedan recibir una atención adecuada a
sus necesidades.
LA ENFERMERA EN UNIDADES
DE HOSPITALIZACIÓN DE
NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA
Las funciones de Enfermería de Hospitaliza-
ción Renal Pediátrica no difieren sustancial-
mente de las de los adultos. Sin embargo están
sujetas una vez más a las dimensiones y carac-
terísticas propias del niño, ya no solo en lo re-
ferente a la edad, sino de la etiología de la ERC
y enfermedad renal temprana que condiciona
una comorbilidad asociada importante y mayor
morbilidad psicosocial.
La atención de enfermería al paciente pediá-
trico es técnicamente más compleja que la del
adulto y condiciona cuidados relacionados con
dispositivos terapéuticos complejos con poca o
nula colaboración del paciente.
Asimismo, la medicación ajustada al peso y
superficie corporal, implica mayor conoci-
miento, fraccionamiento de dosis a administrar
y normas específicas de correcta administra-
ción de fármacos para la edad pediátrica, en
pacientes polimedicados (una media de 8-10
fármacos distintos por paciente) y con escasa o
nula colaboración que requiere de un tiempo
mayor y del desarrollo de habilidades para
interaccionar con el paciente. El acceso ve-
noso, de difícil canalización en la edad pediá-
trica, su cuidado y mantenimiento, representa
un reto para el personal asistencial. No debe-
mos olvidar tampoco el riesgo de déficit nutri-
cional que presentan estos pacientes y que
obliga a dar soporte nutricional, suplemen-
tando la dieta oral con la enteral.
Es vital el trabajo conjunto de la enfermera
con el cuidador principal en todo lo referente
al autoconocimiento y autocuidado de la ERC
y medidas preventivas para enlentecer el pro-
greso de la ERC. El ingreso permite al personal
de enfermería entrenado, no solo tratar la en-
fermedad, sino reforzar la educación sanitaria
e incidir en aspectos relevantes del manejo del
paciente.
MODALIDAD DE TRS EN PEDIATRÍA
Los datos del Registro europeo pediátrico
ESPN/ERA-EDTA, describen que los pacientes
pediátricos prevalentes en TRS más frecuentes
son receptores de TR. Con mucha menos fre-
cuencia los pacientes pediátricos en TRS se en-
cuentran en diálisis crónica, siendo más preva-
lente la DP que la HD en este grupo de edad.
En relación a los datos del registro español
REPIR se observa que, aunque históricamente
los pacientes pediátricos que iniciaban TRS,
eran pacientes en HD crónica, se ha producido
el mismo fenómeno evolutivo siendo más fre-
cuente en la actualidad iniciar la diálisis en la
modalidad de DP (45%) frente a la modalidad
de HD (27%). Es importante comentar que un
porcentaje significativo pero variable de pa-
cientes pediátricos recibe un trasplante renal
anticipado (28%) como primer TRS.
LA ENFERMERA EN HD PEDIÁTRICA
La enfermera de HD requiere de habilidades
y competencias para la realización, tanto de las
técnicas de HD como de otras aféresis terapéu-
ticas. Debe asumir responsabilidades en cada
uno de los aspectos del proceso de atención in-
tegral de los pacientes sometidos a estos trata-
mientos. Debe proporcionar apoyo y coordinar
al equipo multidisciplinar en todo lo relacio-
nado con los problemas de salud, emocionales,
sociales y educativos del paciente o su cuidador.
Debe dar soporte asistencial en técnicas de
aféresis al resto del hospital tanto de pacientes
agudos como crónicos, ya sea en el propio ser-
vicio o en otras unidades.
Debe aplicar estrictamente en su práctica
asistencial todas las medidas de seguridad del
paciente y de prevención de infección nosoco-
mial, haciendo hincapié en las relacionadas
con el manejo del catéter.
91.
Marco conceptual para la atención de enfermería al paciente pediátrico…
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